A medida que las plataformas de publicación de contenido han ido evolucionando, cada uno de nosotros nos hemos convertido en contadores de historias tanto personales como compartidas principalmente a través de las redes sociales que han cobrado mucho auge en los últimos años.

Sin embargo, si deseamos publicar contenido de alto valor editorial o historias realmente interesantes que generen una muy alta exposición, tenemos que entender primero como funciona el mundo editorial: por un lado, los medios digitales tradicionales publican artículos a través de un pequeño puñado de personas. Los “porteros”  o dirigentes de estos medios hacen que sea muy difícil emerger a las nuevas voces por lo cual no es tan fácil que un artículo sea publicado. A final de cuentas, es el viejo enigma de siempre: Cuando se necesita la experiencia para obtener experiencia, ¿cómo se publica una primera historia?

Por otra parte, se tienen las plataformas masivas de creación de contenido- como se comentaba al principio de este artículo- las cuales publican toneladas de historias por día de cualquier persona dispuesta a contribuir, a menudo, sin tomarse la molestia de editar las historias. Sin embargo, gran parte de estas historias son expuestas de manera gratuita sin esperar ninguna remuneración a cambio pues el objetivo es crear contenido por placer, ocio o compartir alguna noticia. Tal es el caso de LinkedIn Pulse o Medium (medium.com) quienes han abierto la plataforma a personas dispuestas a intercambiar publicaciones gratuitas por la obtención de un nombre como colaborador dentro de estos sitios.

La gran mayoría de estos sitios capitalizan -de una manera muy inteligente- los deseos de las personas de crear historias pero a final de cuentas son ellos quienes obtienen todos los ingresos gracias a la publicidad o anuncios generados a partir del contenido publicado de manera gratuita.

En resumen, si se desea generar un ingreso a partir de las publicaciones que realizamos, es muy probable que estemos ofreciendo nuestro contenidos por nada.

Para solventar esta debilidad se acaba de crear una plataforma de publicación de contenido llamada Slant (slantnews.com) con un modelo de negocio bastante interesante. Sin más preámbulos, así es como funciona:

Slant no tiene ningún intermediario entre el autor y la publicación de la historia, lo cual significa que los lectores tienen acceso total a todas las publicaciones. Pero un punto importante en este modelo es que la apertura de historias no comprometa la calidad del contenido. Es en este punto donde el equipo editorial de Slant entra en escena.

A diferencia de las grandes plataformas editoriales y blogs en línea, los cuales a menudo concentran historias bastante prometedoras pero languidecen por falta de elementos cruciales para el éxito como pueden ser: títulos llamativos,  optimización para motores de búsqueda, despliegue visual adecuado para las redes sociales, etiquetas y palabras clave – sólo por mencionar algunas carencias. La gran parte de la gente que publica contenido no son profesionales de los medios digitales por lo cual no saben como equipar su contenido para alcanzar el éxito, por lo cual terminan dejando el tráfico olvidado en la mesa.

La idea revolucionaria detrás de Slant consiste en publicar una historia a través de su plataforma; posteriormente, un editor digital experimentado del equipo trabajará con el autor para editar el texto así como empaquetar la historia para lograr un mayor éxito en línea. Una vez que el artículo ha sido editado y publicado,  se le hace llegar al colaborador una liga personalizada para compartirla a través de sus redes sociales.

Y aquí viene otra parte interesante del modelo: el autor tiene acceso a un panel de control donde puede realizar el seguimiento del desempeño de su historia y aprender sobre su audiencia cada vez que publique un artículo. En este panel de control puede también monitorear la cantidad de dinero que la historia está atrayendo, y en concreto, el autor obtiene el 70% del total de ingresos, Slant se queda con el otro 30% por los servicios de edición, publicación y distribución a través de su página web, cuentas de redes sociales y boletines de correo electrónico para incrementar la exposición, asegurándose de que las historias más importantes lleguen a más lectores.

No obstante, existen peligros inherentes en este sistema de remuneración en función del tráfico pues el modelo de negocios incentiva a los escritores a complacer a los lectores con contenido “ligero” que tenga mayor probabilidad de obtener un mayor número de clics. Esto es especialmente cierto en las plataformas abiertas, donde la supervisión editorial es mínima y donde la calidad a menudo se toma mucho a la ligera.

Aún así, el proceso que hace funcionar a Slant consiste en que cada historia presentada en el sitio es revisada por los editores digitales de tiempo completo, quienes validan la veracidad del contenido y empaquetan las historias con el objetivo de priorizar los contenidos de alto valor de modo que tengan un viaje seguro en la página principal de la plataforma y lograr menciones destacadas en las redes sociales.

El objetivo final de esta plataforma consiste en ofrecer a los autores más que un cheque con muchos ceros a la derecha de acuerdo al nivel de éxito de su publicación sino ayudar a que sus colaboradores se conviertan en mejores escritores.

 

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